La pandemia COVID-19 deja a los pequeños empresarios vulnerables a los prestamistas predatorios

Más de un año y medio desde el inicio de la pandemia, muchas pequeñas empresas no están seguras de sí podrán recuperarse después de luchar para mantenerse a flote, y acumular una abrumadora deuda. Los pequeños emprendedores que se identifican como minorías, mujeres e inmigrantes, han sido desproporcionadamente afectados por la pandemia ya que han enfrentado barreras para acceder a los  programas federales de alivio y préstamos tradicionales. La emprendedora Daysi Del Rosario Rivas Peralta es un ejemplo de ello.  

Daisy ha sido dueña del Restaurante Nicaragüense Las Segovias en Huntington Park, Calif. por nueve años, pero nunca en su experiencia como emprendedora ha presenciado tan debilitantes contratiempos. Actualmente, Daisy debe más de $11,000 en pagos de renta comercial. Sus ingresos bajaron más del 50% en el 2020 y más encima de eso, tampoco ha podido acceder a los fondos de los programas federales de alivio por ser titular de un Número de Identificación Personal del Contribuyente (ITIN por sus siglas en inglés).  

Aunque al principio no fue muy claro si titulares de ITIN serían elegibles para participar cuando los  programas fueron lanzados, Daisy trabajó con un consultor para aplicar al Programa de Protección de Sueldos (PPP por sus siglas en inglés) y el programa de Préstamos para Agravios Económicos por Desastres (EIDL por sus siglas en inglés). Sin embargo, ella nunca recibió una respuesta sobre sus aplicaciones, y ahora cree que es posible que haya llenado sus aplicaciones por medio de una firma fraudulenta.  

Daisy fue abordada por prestamistas quienes entraron a su restaurante, ofreciéndole opciones flexibles de  capital. Desesperada por encontrar dinero para su negocio, Daisy aceptó la oferta de estos prestamistas. En el transcurso del último año, ella sacó cuatro adelantos en efectivo (MCA por sus siglas en inglés) por un total de $25,000 y ahora se está ahogando en tarifas de interés de dos y tres dígitos. Algunos de los prestamistas con los que Daisy trabajó no proporcionaron documentación transparente detallando información clara sobre las tarifas de interés, pero ella sintió que no tenía otra alternativa que aceptar los términos del préstamo, ya que necesitaba desesperadamente el dinero. Estos prestamistas estaban retirando $300 automáticamente cada semana de la cuenta de Daisy, pero ella no pudo mantenerse al día con los pagos. Daisy optó por tomar prestado más dinero sólo para cubrir las tarifas de prestamistas  anteriores. Hasta ahora, Daisy no sabe si se podrá mantenerse abierta hasta el final del año y teme no poder renovar su alquiler comercial.  

Desafortunadamente, ella no es la única en esta situación. La actual Ley Federal de Veracidad en Préstamos (TILA por sus siglas en inglés) requiere que las acreedoras de consumo divulguen información financiera crítica, incluyendo la tasa de porcentaje anual (APR por sus siglas en inglés) en un formato claro y comparable. Sin embargo, el Congreso aún no ha extendido requisitos de divulgación de préstamos  para pequeñas empresas y otros productos crediticios, lo cual significa que los propietarios de pequeñas empresas son susceptibles a prestamistas irresponsables. Lea nuestra carta para más información sobre cómo las pequeñas empresas le están pidiendo al Congreso para que apoyen legislación para extender los requisitos de divulgación de TILA para productos de préstamos para pequeñas empresas. 

También hemos compilado una guía robusta para ayudar a las pequeñas empresas a evitar préstamos predatorios–incluye pautas para aplicar a EIDL, una lista de verificación para determinar si un préstamo es predatorio, y un resumen de la Declaración de Derechos de los Prestatarios de Pequeñas Empresas. La guía ha sido traducida al Español, además de 17 idiomas de Asia-Pacífico en colaboración con National Coalition for Asian Pacific Americans Community Development.

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